El localizador de Apple tiene una alta precisión, pero otras soluciones tecnológicas se adaptan mejor a los distintos objetos o están diseñadas para propósitos específicos, como encontrar a las mascotas
La llegada de los AirTag de Apple ha puesto el foco en una posibilidad que llevaba tiempo en el mercado: el empleo de pequeños dispositivos para localizar, gracias al móvil, cualquier objeto que hayamos perdido. Este tipo de localizadores tienen el tamaño un poco superior a una moneda y se sujetan al objeto que se quiere tener controlado. Habitualmente suelen ser llaveros, aunque también son muy útiles en mochilas, bolsos o cualquier otro objeto cuya pérdida nos suponga un serio disgusto.
Estos dispositivos cuentan con una pequeña batería conectada al móvil por Bluetooth, y gracias a una aplicación sitúan en un mapa el objeto a vigilar. Siempre y cuando se encuentre en el rango de alcance de la conexión inalámbrica con el móvil, estarán localizados. Pero conviene recordar que estos rastreadores como los AirTag, carecen de GPS o conexión móvil, con lo que en cuanto pierden el vínculo con el teléfono, desaparecen del mapa. Cuando esto sucede, la aplicación recordará cuál es su última posición. En el caso del AirTag, el radio de alcance, en para entrar en una zona de cobertura de un iPhone, iPad o Mac, es de hasta 100 metros, utilizando para ello la señal de 2.4 Ghz que permite la normativa y puede emitir información a una velocidad de 1Mbps, más que suficiente para los datos que necesita emitir o volcar a la red.
Los datos indican que perdemos bastante tiempo buscando cosas. Un completo estudio llevado a cabo por IKEA en España arrojó datos significativos: un 48 % de los españoles reconoció haber perdido algún objeto cada semana, y como promedio, invirtió entre 1 y 10 minutos para localizarlo. Si elevamos esta cifra en el transcurso del tiempo, descubriremos que a lo largo de nuestra vida invertimos más de seis meses buscando objetos perdidos. Todo un desperdicio que podría evitarse siendo más ordenados, o alternativamente empleando la tecnología.
¿Qué perdemos con más frecuencia los españoles? En la cabeza del ranking se encuentran las gafas, seguidas del bolígrafo, y en tercera posición tanto el móvil como las llaves, en un grupo de objetos muy variopinto. La tipología de objetos perdidos va vinculada con los hábitos de cada país: si en España se pierden habitualmente las gafas, en Estados Unidos el drama de la pérdida se atribuye al mando de la tele, mientras que en el Reino Unido lo que desaparecen siempre son las llaves, según otro estudio confeccionado por Chipolo, empresa que fabrica precisamente uno de estos dispositivos.
Tecnología al rescate: así funciona un localizador
Por fortuna, en el terreno de los objetos perdidos también es aplicable la máxima “hay una aplicación para eso”. Gracias al móvil y un pequeño dispositivo que se ata o introduce en el objeto a supervisar, su búsqueda será mucho más sencilla. La aplicación correspondiente, mediante el mecanismo antes descrito, nos ofrecerá la situación aproximada del objeto perdido y podremos hacer que el tracker pite o emita un zumbido para facilitar su búsqueda si está bajo un sofá o en el fondo de un cajón.
La eclosión de los altavoces inteligentes permite en algunos dispositivos y mercados, que el proceso de búsqueda sea además de viva voz mediante un “Alexa, encuentra mis llaves”. ¿Qué tipo de objetos podemos tener controlados mediante un localizador? En realidad, la limitación la marca el propio objeto y lo fácil que sea sujetar al mismo el dispositivo. Así, los localizadores se pueden sujetar con facilidad en llaveros, introducirse en bolsos o mochilas, e incluso algunas marcas cuentan con versiones planas para colocarse en billeteros. A continuación repasaremos los principales localizadores del mercado.
La precisión absoluta de Apple
El fabricante californiano ha sido el último en llegar a este mercado, pero sus AirTag —el nombre comercial de su localizador que cuesta alrededor de 32 euros— tienen ya un plazo de entrega superior al mes y es que se han convertido en los productos más demandados de la firma. Es bien sabido que todo lo que toca Apple lo convierte en oro, pero ¿cuentan los AirTag con algún ingrediente adicional más allá de su logotipo? La respuesta es sí.
La peculiaridad de estos dispositivos reside en que cuentan con una búsqueda de precisión basada en la banda ultraancha, que, gracias al chip U1, permite el guiado al objeto perdido con una precisión exacta. Esto es, el iPhone indicará el camino exacto hasta la localización del AirTag perdido y no la ubicación aproximada que ofrecen el resto de dispositivos. Este dispositivo cuenta con otra poderosa baza que marca distancias con sus rivales: la posibilidad de localizar el dispositivo gracias a la presencia cercana de cualquier iPhone, aunque no sea el de su propietario.
Un británico puso a prueba este geoposicionamiento colectivo enviando una carta con un AirTag en su interior y trazando, gracias a los móviles cercanos a distintos puntos del trayecto, el recorrido de la misma con una sorprendente precisión. Como cabe deducir, el potencial de la localización dependerá de la base instalada de iPhone en el mercado ¿Funcionará igual de bien en España? “En Estados Unidos hay mucha más base instalada [de iPhone]”, explica Pedro Aznar, director del blog Applesfera. Este experto asegura su correcto funcionamiento también en España —un mercado con una base instalada de iPhone muy inferior—: “España tiene menos usuarios del iPhone, pero la concentración de población es más elevada con lo que salvo que te vayas a la punta de un monte, será difícil que no pase un iPhone cerca en algún momento”. Aznar recuerda que “bastan unos segundos” de contacto en el radio de cobertura de los AirTag para que se active la baliza.
Tile, localizadores adaptados a varios objetos
Los AirTag han puesto de nuevo en boga un tipo de producto que ya tenía su mercado y en el que uno de sus principales protagonistas es Tile (46 euros en su versión pro). Esta firma estadounidense ha adaptado su catálogo a lo largo de los años y cuenta con una oferta variada para cada tipo de necesidad. Así, hay un modelo específico con forma de tarjeta de crédito para meterlo en el billetero, otro adhesivo para emplearse, por ejemplo, en mandos a distancia, y un modelo Pro con altas prestaciones. A diferencia del localizador de Apple, los Tile funcionan con cualquier móvil, ya sea Android o iPhone, (incluso puede gestionarse desde Windows) y su modelo más avanzado cuenta con un elevado alcance de conexión con el móvil: 122 metros.
Al igual que sucede con el resto de localizadores, se puede sustituir la pila —que ofrece una duración aproximada de un año—, es resistente al agua y puede ser activado con la voz por Alexa, Siri o Google. Quienes quieran, además, un poco de diseño en el producto para llevarlo con cierto estilo, esta marca ofrece ediciones limitadas con estéticas coloridas que hacen que el producto cobre cierta vida mientras se lleva en una zona visible. El modelo Slim, para añadirlo al billetero, ofrece una batería de hasta tres años, aunque eso sí, los rivales de los AirTag carecen de esa función de baliza que facilita la localización del objeto empleando cualquier móvil como referencia.
Chipolo, la solución que surgió de una conversación entre amigos
La historia de Chipolo es bien parecida a la de Tile. El proyecto surgió como consecuencia de una simple conversación entre amigos que plantearon la siguiente pregunta: ¿cómo era posible que no se hubiera inventado nada para encontrar objetos perdidos? Nos situamos en 2013 y aquella reflexión derivó en una campaña Kickstarter que consolidó el producto. Al igual que Tile, Chipolo es hoy una empresa multinacional que vende por todo el mundo y que ahora ha sido víctima también del “fuego amigo” de Apple.
Las similitudes entre Tile y Chipolo One (24,9 euros) llegan asimismo a nivel de producto, siendo los segundos de forma redondeada. Su modelo más alto de gama, el Chipolo One Ocean, está fabricado de plásticos reciclados del océano y al igual que el resto de modelos de la gama, cuenta con una interesante función: alerta al usuario de la pérdida de señal con los localizadores. Esto puede resultar interesante para emplear el localizador, por ejemplo, con mascotas, pero para este tipo de uso existe un producto específico: Tractive.
Tractive, cuando lo que queremos tener localizada es la mascota
En cuanto Apple presentó los AirTag en el mercado fueron varios los foros en los que los compradores planeaban utilizar el dispositivo para vigilar a sus mascotas, un uso que Apple descartó de plano. ¿Por qué no puede emplearse un tracker Bluetooth para vigilar a nuestro perro o gato? Físicamente no hay nada que lo impida y determinados modelos son incluso resistentes al agua. La limitación, en realidad, se encuentra en sus prestaciones: el alcance de estos dispositivos lo limita el Bluetooth, con lo que si la mascota se escapa de casa unos cuantos cientos de metros, no se podrá localizar.
Para este tipo de menesteres existen productos determinados como Tractive (49 euros), un dispositivo que cuenta con dos elementos necesarios para no perder de vista a nuestra mascota: GPS y conexión móvil. El funcionamiento de Tractive es muy similar al del resto de localizadores enumerados en esta selección: sitúan a la mascota en un punto en el mapa, pero con la gran diferencia de no ser necesaria la presencia del móvil en el rango de alcance. Esto es, el propietario del perro puede estar en otro país y desde su posición, ver en tiempo real dónde se encuentra su mascota. Como es natural, Tractive requiere de una conexión móvil con lo que la suscripción es necesaria (a partir de 9,99 euros al mes).
Samsung Galaxy SmartTag
El Samsung Galaxy SmartTag (unos 40 euros), presentado por la compañía surcoreana en enero y del que EL PAÍS hizo una prueba en febrero, está pensado para ser utilizado como un llavero y así poder localizar objetos no conectados: desde una mochila o unas llaves hasta el coche o incluso a un perro. Bastaría con colocar el aparato en el collar de la mascota para saber dónde se encuentra. La principal limitación de este dispositivo es que solo es compatible con teléfonos inteligentes de Samsung.
El aparato funciona con bluetooth y permite localizar objetos a unos 120 metros de distancia, aunque dependerá de los obstáculos que haya por el camino, según Samsung. El usuario puede consultar en la app SmartThings la ubicación del dispositivo en un mapa. Si bien los resultados que ofrece la aplicación son bastante precisos, en las pruebas realizadas por este periódico a veces se indicaba que el Galaxy SmartTag estaba en el edificio de al lado.
Tomado de https://elpais.com