Con la desaparición del estado de alarma y la entrada en el verano, los españoles comienzan a pasar menos tiempo en casa o, directamente, la abandonan durante unos días para irse de vacaciones. Como viene siendo habitual, si no quieren arrasar con la tarifa de datos y quedarse, prácticamente, desconectados, tendrán que aprovechar alguna de las redes WiFi publicas a su disposición.
Sin embargo, como en todo en esta vida, es imprescindible tomar una serie de medidas de seguridad antes. Y es que, tanto los dispositivos como las plataformas en la red, almacenan una cantidad ingente de información sobre el usuario. Datos que, además, son siempre del interés de los ciberdelincuentes, por lo que dedican grandes esfuerzos al «hackeo» de WiFis públicas. Aquí recogemos una serie de pasos que debe seguir para navegar de forma segura cuando emplee una conexión de este tipo.
Nada de banca en línea…
Gracias a las aplicaciones bancarias es súmamente sencillo consultar nuestra situación financiera en cualquier momento y lugar. Sin embargo, es fundamental no visitar ninguna plataforma de este tipo cuando se está conectado a un red pública. En caso de que se produjese un robo de datos, este puede no ser detectado hasta pasado un tiempo; por lo que los atacantes podrían acceder a las cuentas bancarias y los datos de las tarjetas de crédito sin que nadie se diese cuenta.
Ni de «apps» de pago
A causa de la pandemia, las «apps» de pago se han convertido en una herramienta cada vez más asentada. Igual que ocurre con las plataformas de banca online, en su interior almacenan información suficiente para suplantar a un usuario y extraerle todo el dinero. Por eso, es importante utilizar datos siempre que se empleen.
«Con la información de una «app» de pago los atacantes podrían hacer de todo; como transacciones a tu nombre. Una de las señales más habituales de que tu cuenta bancaria ha sido «hackeada» es que te encuentres con pequeñas transacciones. Si tienen acceso a tu tarjeta, evidentemente, pueden hacer lo que quieran», explicaba a ABC la semana pasada Eusebio Nieva, director técnico de la empresa de ciberseguridad Check Point.
Tampoco redes sociales ni correo
Las redes sociales son, desde hace tiempo, uno de los medios más empleados para permanecer en contacto con amigos y familia. Por ello, es importante cuidar todo lo posible la información que, día sí y día también, colocamos en su interior. En caso de que nos veamos obligados a conectarnos a una WiFi pública para consultarlas o subir contenido, lo ideal es que cerremos sesión cuando finalicemos y cambiemos las contraseñas de las plataformas empleadas.
Asimismo, en caso de emplear el correo electrónico, se recomienda no utilizar cuentas, como la del trabajo, en las que aparezca información importante. En este caso, lo más seguro que podría hacerse es crear una cuenta de usuario nueva para enviar los mensajes que sean necesarios.
No hacer «click» en cualquier página
Para los cibercriminales que hayan «hackeado» una red pública resulta muy sencillo redirigir el tráfico desde un dispositivo conectado a páginas fraudulentas que imitan la apariencia de webs familiares. Para evitar este riesgo, es importante emplear siempre el protocolo https y estar atento a los posibles mensajes que se nos muestren en pantalla con respecto a la fiabilidad de las páginas.
La importancia del antivirus
A pesar de que el uso de soluciones de seguridad está muy extendido en lo que se refiere a ordenadores; los usuarios aún no son completamente conscientes de la importancia de contar con un antivirus de calidad en sus «smartphones». Y es que cada vez empleamos los móviles para más cosas y, por tanto, almacenan más información sobre nosotros. Por eso es fundamental contar con un software que proteja los accesos y la información.
Tomado de https://www.abc.es