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Ateneo Amantes de Luz con 150 años de historia

El ateneo Amantes de la Luz, la primera biblioteca pública del país, arriba a su sesquicentenario como centro difusor de la cultura y la educación

El ateneo Amantes de la Luz, centenaria y primera biblioteca pública del país, arriba a sus 150 años como institución destinada a difundir la cultura, la educación y como instrumento de contribución al estímulo y al crecimiento personal.

La entidad atesora una riqueza patrimonial a lo largo de su historia, y un desarrollo de actividades vinculadas al quehacer de la sociedad cultural que le dio origen.

El Ateneo Amantes de la Luz fue fundado el 4 de junio de 1874, por iniciativa del gran educador, humanista, periodista y poeta liceyano Manuel de Jesús de Peña y Reinoso.

Fue el 13 de septiembre de ese mismo año, cuando abrió sus puertas al público y desde entonces se ha mantenido ofreciendo sus servicios. Para reconocer a De Peña y Reynoso, quien además luchó en la batalla de Sabana Larga, fue creado el “Premio Peña y Reinoso al Magisterio Nacional” del Ateneo Amantes de la Luz, incorporado el 15 de febrero de 1936, mediante el decreto número 1510.

Legado y aportes

Inspirado en la difusión de la cultura y la educación, el ateneo Amantes de la Luz es una institución de servicio comprometida con el desarrollo del país y con el reconocimiento social de valores nacionales en el arte, la educación, la cultura, el campo profesional, el servicio comunitario y el periodismo.

Es una institución con personalidad jurídica propia, de carácter autónomo, destinada a difundir la cultura, las ciencias, las letras y las bellas artes en todas sus manifestaciones, y especialmente, servir como biblioteca pública de las pocas que quedan en Santiago, la cual funciona desde el 13 de septiembre de 1874, y se cuentan por miles las personas que en sus 150 años se han nutrido de las publicaciones en revistas, libros y periódicos que allí se conservan.

Entre los servicios que ofrece se encuentran la biblioteca “Peña y Reinoso”, hemeroteca “Pbro. Manuel de Jesús González”, salón de actos “Profesor Federico Izquierdo”, sala “Dr. Carlos Dobal Márquez”, sala de internet y el desarrollo de múltiples actividades culturales, como el Premio al Magisterio Nacional “Manuel de Jesús de Peña y Reinoso”.

La existencia de varias condecoraciones, consistentes en medallas, pergaminos y placas de reconocimiento, destaca este importante aspecto de la vida de esta institución.

Como instrumento que contribuye al estímulo y al crecimiento personal, el reconocimiento público ha tenido en el ateneo “Amantes de la Luz, Inc.” una extensión amplia en el tiempo.

En diciembre de 1939, fue instituida la Medalla Pro Arte Nacional para exaltar los valores y aportes de personas destacadas en el campo artístico. La Medalla al Mérito Cultural, creada en 1976 y el Pergamino al Mérito Profesional, instituido en 1992, constituyen otras de las expresivas muestras de reconocimientos de esa institución a honrosos ciudadanos.

El Premio Periodismo del Cibao “Darío Flores”, creado en 1994, honra la memoria del veterano periodista y ateneísta del mismo nombre.

Es muy difícil hacer una relación de todas las veces que el Ateneo Amantes de la Luz ha rendido homenaje a destacadas figuras en los ámbitos educativo, cultural y profesional desde su fundación hasta la fecha, sobre todo por la falta de documentación en algunos años de la institución.

El Ateneo Amantes de la Luz está ubicado en la calle España esquina avenida 27 de Febrero, donde se destaca que como en el pasado, cada persona que se juramenta como socio debe donar un libro para engrosar sus fondos, además de particulares, casas editoras y universidades que también hacen sus donaciones.

El Ateneo Amantes de la Luz se ha distinguido en la promoción de iniciativas en beneficio de la comunidad, como la creación del Museo Municipal en 1907, el Panteón Nacional, lugar donde reposan los próceres nacionales.

Durante el período de 1916 al 1924, en la primera ocupación militar norteamericana, fue un reflejo de la sociedad que se convirtió en un foco anti-imperialista y nacionalista que reclamaba el retiro de los estadounidenses.

Los primeros útiles para la biblioteca fueron donados por el Ayuntamiento de Santiago el 28 de julio de 1874, además de que la biblioteca cuenta con una amplia galería de retratos de personalidades ilustres, algunos de los cuales son de sus presidentes.

Carlos Manuel Estrella, presidente del Ateneo Amantes de la Luz, resaltó la visión y el compromiso de Manuel de Jesús de Peña y Reinoso de dar un servicio público de educación, formación, cultura, civismo entre otros valores para formar a las personas e integrar la histórica biblioteca, la única pública de la ciudad porque las demás que existen son universitarias, es decir para los estudiantes y profesores de esas casas de altos estudios.

“A lo largo de estos 150 años el Ateneo Amantes de la Luz ha tenido una historia de promoción de los valores cívicos y a la vanguardia en cuanto al pensamiento crítico sobre temas puntuales de la sociedad, como las iniciativas para el reconocimiento al presidente Pepillo Salcedo como patriota destacado, y el traslado de sus restos a la catedral Santiago Apóstol” resaltó el también catedrático Carlos Manuel Estrella.

En cuanto a los aportes literarios Carlos Manuel Estrella resalta que esta institución ha desarrollado concursos a lo largo de la historia, junto con otros de investigación histórica, el reconocimiento a figuras destacadas en el arte, la cultura, literatura, el ejercicio del magisterio profesoral, servicio comunitario y los periodistas del Cibao.

El ateneo fue pionero en la realización de ferias del libro.

Libros importantes que atesora el ateneo

Entre los libros importantes que se atesoran en el ateneo están la autobiografía del prócer de la Restauración Gregorio Luperón.

En cuanto a la hemeroteca que está en el último nivel de la infraestructura está uno de los más valiosos tesoros que es la colección de las primeras ediciones del que fue considerado primer periódico de la era republicana, el cual inició su operación en 1845, el cual se llamó El Dominicano. También conservan las actas originales e iniciales con la firma de Manuel de Jesús Peña y Reinoso y sus compañeros.