En cuanto al patrullaje de la zona, los residentes entrevistados dijeron que solo se realiza por la calle principal del sector, pero que detrás está la realidad con la que lidian en las mañanas y noches cuando van o regresan de sus trabajos.
Los relatos de asaltos se han vuelto recurrentes en el sector Brisas del Palmar, de Sabana Perdida, donde en las esquinas varios de sus moradores manifestaron haber visto a sus vecinos siendo víctimas de los antisociales o ellos mismos lo han sido.
La entrada principal de este sector, rodeada de comercios, gente en el parque y el silencio en las calles, al principio no parecían denotar la realidad de la situación, pero unas cuadras después el panorama cambió.
“Este reporte lo trajo un cliente que lo atracaron para que le bloqueáramos el celular, ve por la entrada de la funeraria que ahí es que a cada rato escucho que asaltan”, expresó una joven que trabajaba en un establecimiento de venta de celulares y que no quiso revelar su identidad, pero sí mostró la hoja del reporte policial de su cliente con la fecha del 19 de este mes.
Unos metros después de la funeraria, Geny Gómez narró que eran alrededor de las 7:00 de la noche del pasado sábado cuando fue testigo de cómo dos antisociales en una motocicleta despojaban de sus pertenencias a una joven, dejándola pasmada ante el hecho.
“Ella se quedó fría, le quitaron el celular, la cartera y todo lo que ella tenía cuando venía del trabajo. Nosotras nos quedamos paradas porque éramos mujeres”, manifestó Gómez, mientras se encontraba en su establecimiento de venta de alimentos. La dama agregó que los comentarios de víctimas de atracos se escuchan “a cada rato”.
En cuanto al patrullaje de la zona, los residentes entrevistados dijeron que solo se realiza por la calle principal del sector, pero que detrás está la realidad con la que lidian en las mañanas y noches cuando van o regresan de sus trabajos.
Precisamente, luego de salir de su trabajo y llegar a su sector sobre las 12 de la noche Gerson Castillo indicó que anoche (domingo) fue también víctima de los malhechores, bajo la misma descripción realizada anteriormente: dos hombres en una motocicleta lo despojaron de su celular y de 10,000 pesos que cargaba en ese momento.
Desmotivado por la poca efectividad que ha visto en estos casos, Castillo sostuvo que no puso denuncia y se consuela bajo la expresión “Pero nada, eso Dios lo cobra”.
“Eran las 12 y pico de la noche ya yo venía para mi casa a acostarme y me salieron dos asaltantes en un motor, me quitaron el celular y 10,000 pesos. No puse denuncia ¿para qué?”, declaró.
Temen entregar evidencias
En el mismo sector fueron observadas varias cámaras de seguridad, y al ser abordado uno de los establecimientos que disponen de esta medida para registrar evento, otro factor se sumó a la realidad que en estos momentos envuelve al sector: miedo a mostrar evidencias por temor a represalias.
“No hemos sido víctimas, pero nos afecta en el sentido de que nosotros tenemos cámaras y cada vez que pasa algo quieren que uno a la fuerza muestre esa cámara, sin que venga un fiscal. Entonces eso nos trae problemas con la gente que agreden y con los mismos agresores”, afirmó Josefina De León.
Con un “a cada rato”, define De León la frecuencia con la que se ve bajo esta situación. Además, adelantándose a un posible atraco, ha puesto verjas en su colmado como medida de prevención.