La psoriasis es una de las enfermedades dermatológicas crónicas más comunes, ya que se estima que afecta a entre un 2 y un 3% de la población mundial. No se conoce ninguna cura, y se trata de un problema que puede interferir seriamente con la calidad de vida del paciente, ya que provoca un dolor que puede llegar a interferir con el sueño y la concentración.
¿Por qué aparece la psoriasis?
Tal y como explica la prestigiosa clínica Mayo estadounidense, se cree que la psoriasis es una condición de carácter autoinmune, en el que es el sistema inmunológico del propio paciente el que estaría atacando por error sus células de la piel sanas.
Esto provoca una regeneración más rápida de lo normal, que da lugar a las características manchas secas y escamosas que son el síntoma más evidente de la enfermedad. Hasta ahora, se ha demostrado que puede existir una predisposición genética a la psoriasis, sin que se haya determinado una causa genética directa.
En todo caso, se sabe que existen una serie de desencadenantes, que pueden incluir infecciones, factores del clima, lesiones en la piel (como quemaduras, roces o picaduras de insecto), fumar o exposición al humo de segunda mano, un consumo excesivo de alcohol, el uso de ciertos medicamentos o la retirada rápida de corticoides orales o inyectables.
¿Cuáles son sus síntomas?
La psoriasis tiene diferentes signos que pueden variar en función de la persona. Así, algunos de los considerados como clásicos incluyen:
La aparición de erupciones irregulares con un aspecto muy variable, que pueden ir desde unos pocos puntos de escamas similares a la caspa a erupciones grandes de tonos violáceos, rosados o rojizos. Pueden ser cíclicas, y aparecer durante pocas semanas y luego desaparecer.
Puntos escamados (comúnmente en niños).
Piel agrietada y seca que es posible que sangre.
Picazón, ardor o irritación.
Según su lugar y forma, puede clasificarse de varias maneras:
Psoriasis en placas, la más común.
Psoriasis en las uñas.
Psoriasis en gotas.
Psoriasis inversa (en los pliegues de la piel)
Psoriasis pustulosa.
Psoriasis eritrodérmica
¿Cómo se trata?
Aunque no existe una cura como tal para la psoriasis, sí que existen tratamientos que pueden aliviar el problema, por lo que cuando aparecen síntomas es conveniente visitar a un profesional que pueda identificar el problema con precisión y prescribir la estrategia más adecuada.
En general, estos enfoques se basan en el uso de cremas (terapia tópica), luz (fototerapia) y distintas opciones farmacológicas, tanto de administración oral como inyectables. Algunos de los compuestos útiles incluyen los corticoides, los retinoides o el ácido salicílico.
Por otra parte, y aunque en ningún caso son sustitutivos del tratamiento prescrito, ciertos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir las molestias. Estas incluyen algunas como ducharse todos los días, mantener la piel hidratada, cubrir durante la noche las áreas afectadas, evitar los desencadenantes conocidos de la psoriasis o evitar el calor excesivo.