Santo Domingo.-Generar ingresos extras para cubrir gastos fueron los motivos que llevaron a Kenia García, propietaria de una tienda de ropa usada, a emprender este negocio.
Aunque no es la primera vez que pone su propio negocio, cuenta que aún teniendo su empleo, el cual perdió por la pandemia, tenía una casa de empeño. “Estoy vendiendo porque mi familia en el extranjero me ayuda enviando ropas, las que revendo”, expresó.
Al igual que García, Masiel Acosta, maestra desempleada, cuenta que en los dos últimos años ha iniciado dos negocios, uno de comida y productos de limpieza, todavía permanece en este último, señala que las ventas se encuentran bajas, pero le va mejor que en el primero que emprendió.
Como García y Acosta, en el país el 38 % de los empleados es por cuenta propia, indican las estadísticas del Banco Central, sin mencionar lo del sistema informal.
Incapacidad respuesta
Pese a que estos ingresos recompensan en parte a quienes ejercen la iniciativa de emprender, el fenómeno es calificado por economistas como una respuesta a la incapacidad del sistema para generar empleos formales y de buena remuneración.
El economista Juan del Rosario sostuvo que la informalidad afecta la economía porque este empleo se crea al margen de la tributación y de la seguridad social, poniendo al empleado en una condición vulnerable. Henri Hebrard dijo que muchos emprendedores perciben que el costo de formalizarse es caro por el alto costo de la seguridad social y del impuesto sobre la renta.
“Los empleos informales a veces tienen salarios que son iguales o más que los formales”.
Mayor ingreso
— Sociólogo
De acuerdo al sociólogo Alejandro Abreu, los micros y pequeños empresarios, así como los trabajadores temporales, prefieren la informalidad porque ganan más por cuenta propia que en los empleos formales.
Tomado de El Día